![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhNco8C-vi1psh0cGCkiyNnoFYGM_XMCW_QkZ9bKG5plP4fg_1uPIdwcf2ZgUOskEr2LDhuwDBiOBSElktox8kMiZfl-qJw6A0lxdWmJdeb9dDT4cHH1HYe2OOz189FToVTaubAp_ZAC5U/s640/486508_497256410336505_1415685936_n.jpg)
Hugo Rafael Chávez Frías
Por ROGELIO ROLDAN
“Cuando el pueblo llora, que nadie pregunte por qué: el pueblo sabe”...
Raúl González Tuñón
En estos días se ha dicho, filmado y escrito sobre Hugo Chávez Frías más que en sus catorce años de gobierno. Claro está, no siempre con un grado mínimo de objetividad ni, mucho menos, de buena intención. De ahí que uno deba superar -en su intimidad más recóndita-, el dejo amargo que motiva la ausencia física de un cuadro integral de la envergadura del Comandante bolivariano. De lo contrario se hace difícil analizar, de modo preciso y sereno, la nueva realidad política continental y sus perspectivas.
Hugo Chávez provenía de una familia muy pobre, cuenta su abuela cómo lloró el que iba a ser su primer día de clases cuando no lo dejaron entrar a la escuela porque no tenía zapatos. Esos hechos marcan, muchas veces para generar resentimientos, y otras, como es el caso de Chávez, para definir su pertenencia al pueblo y su consecuencia de toda la vida para defender los derechos de ese pueblo. No resulta casual que Nicolás Maduro, al jurar como presidente encargado, dijera: “Con Chávez rompimos el maleficio de la traición a las causas populares”.
Se dice también que ingresó al ejército para poder ser “pelotero” en las grandes ligas del baseball; más allá de la anécdota, lo cierto es que estudió Ciencias y Artes Militares en el área de ingeniería, fue de los primeros en su promoción y a los 21 años se recibió de subteniente. Siempre formó a sus cadetes en el espíritu patriótico, bolivariano y sanmartiniano de independencia y liberación nacional y social. Su carrera militar -y por poco su vida- quedó truncada con el grado de teniente coronel cuando se levantó contra la represión de Carlos Andrés Pérez durante el caracazo. Es útil recordar que no aprovechó sus catorce años como presidente para auto ascenderse a general, lo cual es un ejemplo de vocación militante y de rechazo a lo jerárquico y al autoritarismo, por mucho que les pese a sus “señorías ilustradas” de América y el mundo.
Sobre la personalidad del Comandante Presidente hay que añadir que uno de sus rasgos característicos fue su vocación de unidad, nacional y continental, no al estilo “acuerdo pampa”, sino signada por la relación íntima, dialéctica, entre amplitud y definición: unidad para la liberación, unidad antiimperialista. De ahí el ALBA, la UNASUR, la CELAC, el esfuerzo por crear el Banco del Sur y al Sucre como moneda de intercambio regional no subordinada al dólar.
Otro rasgo distintivo es su solidaridad. La recuperación y valorización de la renta petrolera -tan criticada por la derecha mundial-, volvió a su legítimo dueño, el pueblo venezolano, y también se usó para ayudar a los pueblos hermanos. Contribuyó a romper el bloqueo contra Cuba, a la sobrevivencia diaria de Haití, a la de Nicaragua y El Salvador, devastadas por los gobiernos neoliberales y -para que lo piensen los caceroludos- cuando los petrogángsters de Repsol vaciaron YPF y nos vimos ante el hecho concreto de pagar $ 100 el litro de nafta o parar al país, PDVSA envió barcos petroleros a precio preferencial pagado en pesos, no en dólares. Pesos que utilizó para comprar productos agropecuarios en nuestro país.
Desde cierta izquierda alucinada se lo critica a Chávez porque su socialismo no sería tal. Es claro que si se toma a los clásicos marxistas como sagradas escrituras, de modo a-temporal, omitiendo que fueron escritos para una realidad y un momento concretos, en lugar de comprender sus regularidades históricas, no se puede comprender a Chávez. Este recordaba a Simón Rodríguez, el maestro de Bolívar, cuando decía: “si no inventamos le erramos”. Chávez, además de su erudición, era un creativo. Por eso pudo comprender el proceso de masas abierto por el caracazo y actuar para aglutinarlo y darle una orientación y una direccionalidad política.
El resultado de esto -en opinión de quien escribe- es que dio inicio a la transformación del sujeto popular en bloque político histórico de la revolución. Proceso este que -me parece- con la enorme movilización de masas que se da estos días y sostiene el proceso de transición, se consolidará y potenciará a definiciones político-estructurales más profundas. Al respecto invito a escuchar las precisiones que hizo Nicolás Maduro en su discurso en el cierre del congreso nacional del Partido Comunista de Venezuela el domingo 10 de marzo.
La consolidación del bloque histórico y su proyección continental -similar al ejemplo de la Revolución Cubana en los ’60- es lo que le quita el sueño al imperialismo. De ahí que los diarios de derecha de todo el mundo reproduzcan las mismas “ideas” (en verdad invenciones insidiosas) acerca del “caos venezolano”, del “fin de la revolución bolivariana” y otros disparates a la moda. Para no abundar, las estadísticas de los logros del chavismo están al alcance de todos. Sólo pongo un botón de muestra: según la CEPAL el desempleo bajó a menos de la mitad (del 15 al 7 por ciento) en una década y media, y la pobreza extrema a casi una cuarta parte (del 26 al 7 por ciento). La informalidad laboral descendió del 54 al 43 por ciento (con leyes de protección laboral para los trabajadores formales que antes no existían).
La originalidad de esta revolución es que su dirección política, con el Comandante a la cabeza, creó las bases de un poder popular real: los Comités Bolivarianos, que son quienes marcan el ritmo del avance. También supo ganar al grueso de las fuerzas armadas para el compromiso con el proceso liberador y, no obstante esto, creó las Milicias Populares como reaseguro.
Agreguemos la recuperación de las parcelas fundamentales del patrimonio nacional, la creación de los sectores estatal, cooperativo y mixto de la economía a la par que estimula a las pymes y asegura una distribución efectiva de la renta nacional. Todo esto genera una sólida política de alianzas de la revolución para mantener al pueblo y sus sectores afines unidos en los objetivos estratégicos y frente al sabotaje de un poder trasnacional que todavía intenta frenar el proceso.
Esta apretada reseña, y mucho más, que no da el espacio para consignarlo, es un rotundo mentís a los agoreros que auguran el fracaso pero no ven el patio de su casa. No es precisamente el capitalismo, atrapado en la crisis civilizatoria más grave de toda su historia, crisis de la que ya no saldrá, quien puede recetar su ajuste perpetuo y su belicismo agresivo como salida para la sociedad planetaria.
Frente a esa decadencia, el enfoque socialista de Hugo Rafael Chávez Frías y la dirección bolivariana demostró que es apto, creativo, alternativo, pertinente y vigente para esta época de cambios. Es socialismo basado en el poder popular (eso y no otra cosa eran los sóviets, aunque después se los vació de contenido), en el antiimperialismo y en la redención humana, que para eso luchamos.
Si bien la Revolución Bolivariana tiene todavía muchos problemas no pequeños a resolver, no quiero terminar sin alertar sobre las maniobras desestabilizadoras del Departamento de Estado, el Pentágono y la CIA; no es casual que rato antes de fallecer el Comandante se anunciara la expulsión de dos agregados militares yanquis sorprendidos y denunciados en pleno intento conspirativo al interior de las fuerzas armadas. Invito a las organizaciones del movimiento popular a estar atentas, en caso de que se atrevan contra Venezuela, y pasar a la acción solidaria para hacer arder el suelo bajo los pies de los monopolios trasnacionales asentados para el saqueo y la destrucción de los eco-sistemas en todo lugar de Nuestramérica, en San Juan incrustados en el corazón no solo de nuestra economía, sino de todo el sistema de relaciones y mediaciones políticas, sociales y culturales.
El Presidente Comandante Hugo Rafael Chávez Frías no se murió, se desparramó en el empuje de su pueblo, en Venezuela y en el continente, con toda justicia lo podemos considerar heredero directo de Mariano Moreno, Manuel Belgrano, Juan José Castelli, José de San Martín, José Gervasio de Artigas, Francisco Miranda, Simón Bolívar, Ezequiel Zamora, Ernesto Che Guevara y Fidel Castro Ruz.
Rogelio Roldán
San Juan, 11 de marzo de 2013
No hay comentarios:
Publicar un comentario